Úrsula Hilaria Celia de la Caridad De La Santísima Trinidad Cruz Alfonso (La Habana, Cuba; 21 de octubre de 1925), más conocida como Celia Cruz, fue una cantante cubana de música tropical. Apodada «La Reina de la Salsa» y «La Guarachera de Cuba» , fue una de las máximas exponentes de su género, así como una de las artistas más influyentes en la música contemporánea.
A lo largo de su carrera, Celia Cruz interpretó y popularizó internacionalmente ritmos tropicales como el son, son montuno, guaguancó, rumba, guaracha y bolero. Sin embargo, el género que llevó al estrellato fue la salsa, ritmo influenciado por estilos de diferentes partes del mundo.
Comenzó su carrera en su natal Cuba, alcanzando reconocimiento como vocalista del popular conjunto musical la Sonora Matancera. La asociación musical de Celia Cruz y la sonora Matancera, que muchos dominaron como « café con leche », se mantuvo durante quince años (1950-1965). En ese periodo ganaron una presencia internacional poderosa y cosecharon un sinfin de éxitos musicales cuyo registro se recoge en más de una decena de producciones discográficas.
En la década de los sesenta, tras el triunfo de la Revolución Cubana, Celia abandonó su país natal, convirtiéndose en uno de los símbolos y portavoces de la comunidad cubana en el exilio. La cantante continuó su carrera, primero en México donde el 14 de julio de 1962 contrae matrimonio con la primera trompeta de la Sonora Matancera , Pedro Knight. Esta relación profesional que fue fundamental en el desarrollo artístico de la cantante. Su esposo se convirtió en su manejador. Hasta el 1965 la Guarachera de Cuba mantuvo una trayectoria musical sólida realzándose como figura del canto antillano y logrando participación junto a otras agrupaciones.
En 1966, Celia Cruz da un salto en su carrera al trasladarse a Estados Unidos, país que tomó como su residencia definitiva. En Nueva York, se unió al famoso músico puertorriqueño Tito Puente.
El junte fue histórico y representó una innovación en la canción popular al presentar un trabajo diverso en el album «Cuba y Puerto Rico son… » (1966), catalagado como un disco de gigantes. Un año después, la unión de Celia Cruz y el Rey del Timbal produjo el disco « son con guaganco », para más adelante sorprender con « Quimbo Quimbumbia » (1969), logrando una trilogía discográfica excelsa que le ganó a la vocalista el apelativo de « La Reina de la Salsa ».
Luego de la experiencia artística con Tito Puente, Celia Cruz se movió a participar en un proyecto sonoro épico de la mano del músico y director dominicano Johnny Pacheco.
Aunque este junte se dio al calor del impulso de las producciones salseras que regentaba la empresa Fania, el trabajo de ambos se dirigió a evocar el sonido de la Sonora Matancera a través del tumbao añejo que yacía representado en la síntesis de la propuesta musical de Johnny Pacheco, con quien llegó a grabar seis discos. En ese sentido, y pese a que este proyecto representó su incursión en la familia salsera, la voz de Celia Cruz se mantuvo fiel y constante a la clásica guaracha y al son montuno.
Su imagen artística permanecía atada a su anterior experiencia, muy bien evocada en el álbum « Celia y Johnny » (1974), que incluyó los temas « Quibara », « Toro mata », « Lo tuyo es mental » y «El pregón del pescador », entre otros éxitos. Ese mismo año, la vocalista debutó en Puerto Rico como parte de la batería musical de Las Estellas de Fania, en el evento que inauguró el coliseo « Roberto Clemente » de Hato Rey. Ese momento se recoge como la primera incursión femenina que tuvo el cónclave de estrellas salseras, y la única en su historia.
Con las Estrella de Fania volvió a causar sensación con la interpretación de « Bemba colorá », que se recogió en el segundo volumen de « Live at Yankee Stadium » (1975). En 1977 se produce uno de los juntes más fascinantes en la trayectoria musical de Celia Cruz al producir un trabajo junto al trombonista Willie Colón que se tituló « Sólo ellos pudieron haber hecho este álbum », que presentó salsa, boleros y merengue. Este proyecto refulgió como el bautizo formal de la cantante a la salsa. De inmediato, su personalidad salsera resonó por los escenarios neoyorquinos y latinoamericanos con los temas « Usted abusó », « A papá », « Plazos traicioneros », « Pun Pun Catalú », Zambúllete », « Tú y las nubes », « Todos somos iguales », « Dulces habanera », « Rinkinkalla » y « Burundanga ». Esta unión produjo también los discos « Celia y Willie » (1981) y « The Winners » (1987).
Otro de los momentos más importantes en la carrera musical salsera de Celia Cruz fue su encuentro con la Sonora Ponceña, junto a quien trabajó el disco « La ceiba » (1979). Este álbum excelso sirvió, a su vez, como un texto que patentizó el carácter caribeño de la salsa y la visión antillanista que defendió y difundió la cantante a lo largo de su historia.
Celia Cruz cultivó una historia musical exitosa, con medio siglo de carrera y más de 70 producciones discográficas en su currículo, las que representaron más de 20 postulaciones al premio « Grammy », entre una secuela de distinciones. Recibió la « Medalla Nacional de las Artes » otorgada en 1994 por el presidente de Estados Unidos Bill Clinton, en una ceremonia en la Casa Blanca. Sus innumerables éxitos están registrados en las decenas de proyectos que labró de la mano de un grupo de excelsos colaboradores, entre los que se destacan Tito Puente, Willie Colón, Ray Barretto, Papo Lucca y Johnny Pacheco.
‘Celia es uno de esos fenómenos singulares de permanencia que se impone cantando lo mismo… pero con la virtud de que lo que suena detrás ya no es lo mismo. Celia se impuso por esa calidad por esa forma de decir el son, por esa forma de frasear, por esa criollez que ella mantiene inalterada, por esa gracia, que es un don natural’ (Radames Giro, musicólogo cubano)
Celia Cruz murió el 16 de julio de 2003 en Fort Lee (Nueva Jersey, Estados Unidos), a los 78 años de edad y víctima de un tumor en el cerebro.
En 2014, durante un concierto en el Teatro Apollo en homenaje a “la Guarachera de Cuba”, Celia Cruz fue exaltada al Paseo de la Fama de las Leyendas de esa legendaria institución cultural, convirtiéndose así en la primera latina con dicho reconocimiento.
Durante los últimos años de su carrera, Celia Cruz se había convertido ya en un mito de la música latinoamericana. Su constante evolución en el mundo de la música le ayudó a permanecer vigente prácticamente hasta su muerte y conquistar a nuevas generaciones de seguidores. Su carrera formó un legado invaluable y referencia ineludible para las futuras generaciones que descubren en ella una impactante y prolífica fuente de inspiración. Algunas de las canciones interpretadas por ella forman parte del patrimonio cultural de Latinoamérica. Entre las más famosas se encuentran Quimbara, Burundanga, La vida es un carnaval, La negra tiene tumbao, la versión salsa de Yo viviré, entre muchas otras más.
Su legado musical lo conforma un total de 37 discos de estudio, además de muchas otras grabaciones especiales, discos en vivo o asociaciones con otros cantantes. En su carrera fue galardonada con numerosos premios, reconocimientos y distinciones, incluyendo dos Grammy y tres Grammy Latinos. Además de su prolífica carrera en la música, también realizó algunas intervenciones puntuales como actriz en películas y telenovelas.
Celia Cruz también hizo famosa la expresión «¡azúcar!» que adoptó y quedó en la memoria colectiva como su frase identificativa, que ella gritaba como anuncio carnavalesco incitando a la diversión.
Con un estilo único y una imagen icónica de insuperable atractivo gracias a un don carismático y musical difícilmente repetible, Celia Cruz es considerada símbolo auténtico de la cultura latina a nivel mundial.
¡Azúcar!
Fuentes: Historia de la Salsa – Primera Hora – Hiram Guadalupe Pérez
Nueva York, el barrio latino donde nació la Salsa
Los origines del término ‘Salsa’
La Salsa finalmente declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad?
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